Los proyectos de vivienda sostenible ya hacen presencia en las principales capitales del país y representan un hito en el ámbito inmobiliario por marcar el comienzo de una era donde las personas piensan integrarse funcionalmente a su entorno y no explotarlo para su beneficio.
Existe una clara diferencia entre un proyecto de vivienda sostenible con uno tradicional, desde su planeación hasta su operación, y el usuario puede verlas reflejadas en las preocupaciones de las que se libera. Acá te contamos cuáles son:
1. Ser amigable con tu entorno
La primera preocupación de la que te liberas es la de cómo ser amigable con el medio ambiente. Un proyecto de vivienda sostenible considera el entorno desde su fase de planeación, procurando la preservación de la fauna, la flora y demás recursos naturales aledaños.
2. Facilidades en movilidad y acceso
Este es otro aspecto que se considera desde la fase de planeación de un proyecto de vivienda sostenible. Es importante que sus residentes, por medio de sus vehículos, no aumenten la contaminación por las emisiones de gases, ya sea por largas distancias de desplazamiento o por las dificultades para acceder.
Además, el usuario debe tener la posibilidad de desplazarse en rutas públicas facilitando la prescindencia del vehículo.
3. Aprovechamiento de los recursos
Sabemos que la materia prima para la construcción no es infinita. Por eso, si te preocupa el medio ambiente, es importante encontrar los métodos apropiados para la recolección y aprovechamiento de los recursos, algo que no se le escapa a una vivienda sostenible en ninguna de las fases de su construcción que implique el uso de materia prima.
- En la fase de construcción, se enfoca al uso de los recursos estrictamente necesarios para evitar desperdicios de materia prima.
- En la fase de operación, los proyectos sostenibles cuentan con sistemas de recolección de agua lluvias para el abastecimiento hídrico a fuentes que no requieren agua potable, como los sistemas de riego de las zonas verdes, además de sistemas de recolección de energía solar y/o eólica.
4. Costos de mantenimiento y servicio
Una vivienda sostenible está diseñada para consumir la menor cantidad de recursos posibles, y contribuir a la perduración de los dispositivos y electrodomésticos. Esto quiere decir que no tendrás un exceso en el costo de facturación y renovarás con menos frecuencia algunos dispositivos, como los de la iluminación.
5. Manejo de los desechos
Este aspecto es de los que más preocupa entre la comunidad afín a la sostenibilidad por la poca importancia que recibe y lo trascendente que es para el medio ambiente. Un proyecto sostenible establece un protocolo para un correcto manejo y recolección de desechos, así que no debes preocuparte por consensuar con la comunidad un sistema de manejo de residuos, sino acatar el orden establecido.
Es importante acogerse a las directrices de la cultura sostenible, de lo contrario las estrategias en pro del medio ambiente resultan fallidas y vivir en un proyecto de este tipo pierde todo sentido.
Ahora podrás ver que una vivienda sostenible no sólo es amigable con el medio ambiente, sino que también representa facilidades y ventajas para tu calidad de vida. Anímate a ser parte de esta tendencia que aporta al planeta y mejora tu experiencia de vida.